20 de junio de 2010

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Montevideo, qué bien te veo, que suelten los leones,
mi nena ya está cansada de llorar por los rincones.
Por eso busca un rockero que le regale flores
y que la invite a vivir en un castillo de canciones
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Pasó la noche y la Caro perdió de a poco el brillo,
todo lo que había tomado la dejó sin apetito,
creyó que yo era un extraño y se enojó conmigo
y se olvidó que juramos para siempre estar unidos
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Montevideo, qué bien te veo, sobre tus aguas río,
mi nena está tan pasada que no cree en lo que digo,
le dije que estoy casado, que anoche no he dormido,
y que no soy lo que espera, ni un rockero ni un marido
que le diga:
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“Vámonos a dormir Carolina que llegué hace dos días
y mañana me voy.
Tengo casa y tengo comida pero nadie me cuida
ni me da el corazón
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